LA PRENSA DIARIA SE MUERE

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Ignacio Ramonet, Le Monde Diplomatique

El siniestro es descomunal. Decenas de diarios están en quiebra. En Estados Unidos ya han cerrado no menos de ciento veinte. Y el tsunami golpea ahora a Europa. Ni siquiera se salvan los otrora "rotativos de referencia": El País en España, Le Monde en Francia, The Times y The Independent en el Reino Unido, Corriere della Sera y La Repubblica en Italia, etc. Todos ellos acumulan fuertes pérdidas económicas, derrumbe de la difusión y hundimiento de la publicidad (1).

El prestigioso New York Times tuvo que solicitar la ayuda del millonario mexicano Carlos Slim; la empresa editora de The Chicago Tribune y Los Angeles Times , así como la Hearst Corporation, dueña del San Francisco Chronicle, han caído en bancarrota; News Corp, el poderoso grupo multimedia de Rupert Murdoch que publica Wall Street Journal , ha presentado pérdidas anuales de 2.500 millones de euros...

Para recortar gastos, muchas publicaciones están reduciendo su número de páginas; el Washington Post cerró su prestigioso suplemento literarioBookworld ; el Christian Science Monitor decidió suprimir su edición de papel y existir sólo en Internet; el Financial Times propone semanas de tres días a sus redactores y ha cercenado drásticamente su plantilla. Los despidos son masivos. Desde enero de 2008 se han suprimido 21.000 empleos en los periódicos estadounidenses. En España, "entre junio de 2008 y abril de 2009, 2.221 periodistas han perdido su puesto de trabajo" (2).
La prensa escrita diaria de pago se halla al borde del precipicio y busca desesperadamente fórmulas para sobrevivir. Algunos analistas estiman obsoleto ese modo de información. Michael Wolf, de Newser , vaticina que el 80% de los rotativos norteamericanos desaparecerán (3). Más pesimista, Rupert Murdoch pronostica que, en el próximo decenio, todos los diarios dejarán de existir...
¿Qué es lo que agrava tan letalmente la vieja delicuescencia de la prensa escrita cotidiana? Un factor coyuntural: la crisis económica global que provoca una mengua de la publicidad y una restricción del crédito. Y que, en el momento más inoportuno, ha venido a acrecentar los males estructurales del sector: mercantilización de la información, adicción a la publicidad, pérdida de credibilidad, bajón de suscriptores, competencia de la prensa gratuita, envejecimiento de los lectores...
En América Latina se añaden a esto las necesarias reformas democráticas emprendidas por algunos Gobiernos (Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela) contra los "latifundios mediáticos" de grupos privados en situación de monopolio. Lo cual desencadena, contra esos Gobiernos y sus Presidentes, una sarta de calumnias difundidas por los despechados medios de comunicación dominantes y sus cómplices habituales (en España: el diario El País , que de paso carga contra el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero) (4).
La prensa diaria sigue practicando un modelo económico e industrial que no funciona. El recurso de construir grandes grupos multimedia internacionales, como se hizo en los años 1980 y 1990, ya no sirve frente a la proliferación de los nuevos modos de difusión de la información y del ocio, vía Internet o los teléfonos móviles (5).
Paradójicamente, nunca han tenido los diarios tanta audiencia como hoy. Con Internet, el número de lectores ha crecido de manera exponencial (6). Pero la articulación con la Red sigue siendo desdichada. Porque establece una injusticia al obligar al lector de kiosco, el que compra el diario, a subvencionar al lector de pantalla que lee gratuitamente la edición digital (más extensa y amena). Y porque la publicidad en la versión de la web no cunde, al ser mucho más barata que en la versión de papel (7). Pérdidas y ganancias no se equilibran.
Dando palos de ciego, los rotativos buscan desesperadamente fórmulas para afrontar el hipercambio, y sobrevivir. Siguiendo el ejemplo de iTunes, algunos piden micropagos a sus lectores para dejarles acceder en exclusiva a las informaciones on line (8). Rupert Murdoch decidió que, a partir de enero de 2010, exigirá pago por toda consulta del Wall Street Journal mediante cualquier tecnología, ya sean los teléfonos Blackberry o iPhone, Twitter o el lector electrónico Kindle. El buscador Google está pensando en una receta que le permita cobrar por toda lectura de cualquier diario digital, y revertir una fracción a la empresa editora.
Bastarán esos parches para salvar al enfermo terminal? Pocos lo creen ( léase artículo de Serge Halimi "El combate de Le Monde diplomatique" ). Porque a todo lo anterior se suma lo más preocupante: el desplome de la credibilidad. La obsesión actual de los diarios por la inmediatez les lleva a multiplicar los errores. La demagógica solicitud al "lector periodista" para que cuelgue en la web del periódico su blog , sus fotos o sus vídeos, incrementa el riesgo de difundir engaños. Y adoptar la defensa de la estrategia de la empresa como línea editorial (cosa que hacen hoy los diarios dominantes) conduce a imponer una lectura subjetiva, arbitraria y partidaria de la información.
Frente a los nuevos "pecados capitales" del periodismo, los ciudadanos se sienten vulnerados en sus derechos. Saben que disponer de información fiable y de calidad es más importante que nunca. Para ellos y para la democracia. Y se preguntan: ¿dónde buscar la verdad? Nuestros asiduos lectores conocen (una parte de) la respuesta: en la prensa realmente independiente y crítica; y, obviamente, en las páginas de Le Monde diplomatique en español .

Notas:
(1) Inés Hayes, "En quiebra los principales diarios del mundo", América XXI, Caracas, abril de 2009.
(2) Según la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, Madrid, 13 de abril de 2009.
(3) The Washington Post, 21 de abril de 2009.
(4) Sobre los ataques de El País contra Zapatero, léase Doreen Carvajal, "El País in Rare Break With Socialist Leader", The New York Times, 13 de septiembre de 2009. Versión en español: www.internautas.org/ html/5722.html
(5) Luis Hernández Navarro, "La crisis de la prensa escrita", La Jornada, México, 3 de marzo de 2009.
(6) Léase el informe: "Newspapers in Crisis": www.emarketer.com/Reports/All/Emarketer_2000552.aspx
(7) En 2008, la audiencia del New York Times en Internet fue diez veces superior a la de su edición impresa, pero sus ganancias por publicidad en la Red fueron diez veces inferiores a las de la edición de papel.
(8) Léase: Gordon Crovitz, "El futuro de los diarios en Internet", La Nación, Buenos Aires, 15 de agosto de 2009, y El País, Madrid, 11 de septiembre de 2009.

LAS CAUSAS DE LA POBREZA MUNDIAL

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Vicenç Navarro, en El Pais
dominio-29-10.jpgEl día 17 de octubre fue el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, lo cual fue motivo de un elevado número de conferencias sobre la pobreza, que por unos días fue un tema visible en los medios de comunicación más importantes del mundo, aún cuando en España tal visibilidad fue limitada. En los países desarrollados se acentuó, una vez mas, la necesidad de “ayudar” a los países pobres, incluyendo el envío de alimentos y fondos. También se acentuó en varios foros internacionales la necesidad de transferir conocimientos y nuevas tecnologías de los países ricos a los países pobres, para incrementar la productividad de sus sectores agrícolas, los más importantes en sus economías.
Esta atención mediática del tema pobreza se repite, año tras año, por estas fechas. Y mientras, ocho millones de niños mueren al año de malnutrición (uno cada dos segundos), el equivalente de los muertos que causarían 43 bombas atómicas –cada una como la lanzada en Hiroshima–, bombas que explotan cada año sin producir ningún ruido. En realidad tal número de muertos forma tanta parte de la realidad que nos rodea que ni siquiera aparecen en la primera o última página de los rotativos más importantes del mundo.

Lo que hace moralmente intolerable esta situación es que desde el punto de vista científico sabemos cómo resolver tanto el problema de la pobreza como sus consecuencias, de las cuales el hambre es la más dramática. Y la situación paradójica es que la pobreza no se debe a la falta de recursos. En realidad, el planeta tiene suficiente tierra fértil para alimentar diez veces a la población hoy existente (FAO, 2008). En los países económicamente desarrollados, los estados están incluso subvencionando a los agricultores para que no produzcan más alimentos. Pero lo que es aún más intolerable es que se llame a estos países pobres, cuando no lo son. Los países así llamados tienen poblaciones predominantemente pobres, pero los países en sí no lo son.
¿Por qué entonces se produce y reproduce la pobreza? Si analizamos el país más pobre del mundo (hay una larga lista de candidatos a tal distinción), veremos que las raíces de la pobreza son fáciles de ver, si quieren verse. El diario The New York Times, de orientación liberal, que publica de vez en cuando algunos informes que no encajan en tal sensibilidad, escribió uno sobre la pobreza en Bangladesh, uno de los países que se puede identificar como más pobre (24-11-05).
Tal informe estaba escrito por un grupo de economistas que habían visitado tal país. Entre sus muchas observaciones destacaban las siguientes: “Las raíces del problema de la pobreza en Bangladesh están en la enorme concentración de la tierra (el mayor medio de producción en una economía agrícola) en aquel país. Sólo el 16% de la población rural controla dos terceras partes de toda la tierra cultivable, mientras que el 60% de la población tiene sólo un acre”. Por otra parte, el informe añadía que “la introducción de las nuevas tecnologías –como nuevos fertilizantes– acentúa todavía más la polarización en la propiedad de la tierra, pues sólo los grandes propietarios pueden tener acceso al crédito y a otros factores necesarios para poder explotar y utilizar nuevas tecnologías”.
En cuanto a la “ayuda” que proviene del exterior, el informe señalaba que “los propios oficiales encargados de la ayuda a los necesitados en Bangladesh reconocen (en conversaciones privadas) que sólo una fracción minúscula de los millones de toneladas de alimentos que llegan al país, como parte de la ayuda exterior, termina en las manos de las familias hambrientas que lo necesitan. Los alimentos del exterior los canaliza el Gobierno, quien los vende a los militares, a la Policía, a las clases medias de las ciudades…”. El informe concluía que “el enorme potencial productivo de tierras enormemente fértiles es tal que Bangladesh podría alimentar a una población muchas veces superior a la actual”.
Pero el alimento que se produce no se consume, en su mayor parte, en Bangladesh, pues no existe suficiente capacidad adquisitiva para la compra de alimentos por parte de la mayoría de la población. En lugar de ello, se exporta, sobre todo a los países de mayor nivel de renta, reproduciéndose así una economía basada no en el consumo y demanda interna, sino en el consumo externo y las exportaciones. Parecería que lo más lógico fuera que se creara tal demanda interna, redistribuyendo los recursos (incluyendo la tierra) para permitir el desarrollo de la capacidad adquisitiva de la gran mayoría de la población.
Ahora bien, la estructura de poder, monopolizada por los grandes agricultores, se opone a tales cambios redistributivos. Como bien señalaba el citado informe, “el Parlamento del supuestamente democrático sistema político (Bangladesh aparece en la tipología de países, preparada por el Departamento de Estado de EEUU, como una democracia) está controlado por los grandes agricultores. El 75% de los miembros del Parlamento tiene grandes extensiones de tierra, con lo cual las posibilidades de cambio son muy pequeñas”. El sistema económico y político sostenido en parte por un Ejército y en parte por sistemas de información y persuasión (con conexiones con grupos mediáticos extranjeros), tiene escasas posibilidades de cambio. La Constitución del país, escrita por aquella estructura de poder, pone por escrito la imposibilidad de generar tal cambio. De ahí que la defensa de aquella estructura de poder se presenta como la defensa de la democracia.
Estas son las causas de la pobreza y del hambre y malnutrición en el mundo. Y cuando la población “pobre” se moviliza para cambiar esta situación, se la acusa de violar el orden democrático. El caso de Honduras es el más reciente, pero dudo que sea el último. Estas son las causas de la pobreza en el mundo, que raramente aparecen en los medios de persuasión.
Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Public Policy en The Johns Hopkins University

EL ORGANIGRAMA

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GOTAS DE AGUA VISTAS A 2.000 FOTOGRAMAS POR SEGUNDO

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¡Increíble!

Gotas de agua "flotando" sobre el mismo agua.

Disfrutar del video ¡y del fin de semana !

LOS BANCOS NO ESTÁN BIEN

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Negocios. (Paul Krugman)

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. Vale, quizá no exactamente el peor, pero, sin duda, malo. Y el contraste entre la inmensa buena suerte de unos pocos y el continuo sufrimiento de demasiados presagiaba un futuro muy negro. Estoy hablando, claro está, de la situación de los bancos.


Los pocos afortunados han acaparado la mayoría de los titulares, ya que son muchos los que han reaccionado con indignación ante el espectáculo de Goldman Sachs obteniendo beneficios récord y pagando primas enormes, mientras el resto de EE UU, víctima de una depresión desencadenada por Wall Street, sigue desangrándose por la hemorragia de empleos.

Pero no es un simple caso de bancos que florecen frente a trabajadores que padecen: los bancos que realmente están en el negocio de los préstamos, a diferencia de los que se dedican al comercio, siguen en apuros. En particular, Citigroup y Bank of America, que hace unos meses silenciaron los rumores de nacionalización afirmando que habían vuelto a ser rentables, ahora (sí, lo han adivinado) han vuelto a informar de que pierden dinero.

Pregunten a la gente de Goldman y les dirán que lo que ellos ganan no es asunto de nadie, salvo de ellos mismos. Pero, como decía hace poco un escéptico, "no hay ninguna institución financiera de las que existen actualmente que no se haya beneficiado directa o indirectamente de los miles de millones de dólares de los contribuyentes con que se ha ayudado al sistema financiero". Más aún: Goldman ha ganado mucho dinero con sus operaciones en Bolsa, pero sólo ha podido mantenerse en ese juego gracias a las políticas que han arriesgado enormes cantidades de dinero público, desde el rescate económico de AIG hasta las garantías que han cubierto muchas de las obligaciones de Goldman.

¿Y quién era este gran detractor de los bancos? Pues no era otro que Lawrence Summers, jefe económico de la Administración de Obama (y uno de los arquitectos de la política bancaria del Gobierno, que hasta ahora ha sido hacer la vista gorda con las instituciones financieras y esperar que enmienden la plana).

¿A qué se debe el cambio de tono? Los funcionarios de la Administración están furiosos por el modo en que el sector financiero está ejerciendo presiones enérgicas en contra de una reforma a fondo, tan sólo unos meses después de haber recibido una gigantesca ayuda con el dinero de los contribuyentes. Pero hay que preguntarse qué esperaban que sucediese. Siguieron una política de mano blanda, ofreciendo ayuda sin demasiadas exigencias en un momento en que Wall Street estaba contra las cuerdas; esto les ha dejado con muy pocas posibilidades de ejercer influencia sobre empresas como Goldman, que ahora, una vez más, están ganando mucho dinero.

Pero hay un problema todavía mayor: Mientras el lado chanchullero del sector financiero -también conocido como operaciones bursátiles- vuelve a ser enormemente lucrativo, la parte de la banca que realmente importa -los préstamos, que alimentan las inversiones y la creación de empleo- sigue estancada. Los bancos clave siguen estando débiles desde el punto de vista financiero, y su debilidad está perjudicando a la economía en su conjunto.

Puede que recuerden que este año, hace unos meses, hubo un gran debate sobre cómo lograr que los bancos volviesen a prestar dinero. Algunos analistas, incluido yo mismo, sosteníamos que al menos algunos bancos importantes necesitaban una gran inyección de capital público, y que la única forma de conseguir esto era nacionalizar temporalmente los bancos con más problemas. Sin embargo, el debate perdió fuerza después de que Citigroup y Bank of America, los eslabones más débiles del sistema bancario, anunciaran unos beneficios que llegaron por sorpresa. Todo va bien, nos dijeron, ahora que los bancos vuelven a obtener beneficios.

Pero pasó algo curioso durante el camino de vuelta a la solidez bancaria: la semana pasada, tanto Citigroup como Bank of America anunciaron pérdidas en el tercer trimestre. ¿Qué ha pasado?

Parte de la respuesta es que esos beneficios iniciales eran, en parte, un producto de la imaginación de los contables. Sin embargo, en líneas más generales, estamos viendo lo que nos devuelve la economía real. Durante la primera fase de la crisis, el ciudadano de a pie fue castigado por las fechorías de Wall Street; ahora, el sufrimiento económico generalizado, especialmente el persistente paro elevado, está provocando grandes pérdidas en los préstamos hipotecarios y las tarjetas de crédito.

Y ésta es la pega: la debilidad continua de muchos bancos está contribuyendo a prolongar el sufrimiento económico. Los bancos siguen resistiéndose a prestar dinero y la contracción del crédito, especialmente para las pequeñas empresas, supone un obstáculo en el camino hacia la recuperación sólida que necesitamos.

¿Y ahora qué? Summers sigue insistiendo en que la Administración hizo lo correcto: que el Gobierno hubiera suministrado más capital, dice, no "habría sido una estrategia útil para resolver los problemas". Vale. En cualquier caso, desde el punto de vista político, el momento de tomar medidas radicales respecto a los bancos ha pasado claramente.

Por el momento, lo más importante probablemente sea hacer todo lo posible por contribuir al crecimiento del empleo. Con suerte, esto generará un círculo virtuoso en el que la mejora de la economía reforzará los bancos, que a su vez volverán a estar más dispuestos a prestar dinero.

Aparte de eso, necesitamos desesperadamente aprobar una reforma financiera eficaz porque, si no lo hacemos, los banqueros pronto empezarán a correr riesgos aún más grandes que los que corrieron en el periodo previo a la crisis. Después de todo, la lección de los últimos meses ha sido muy clara: cuando los banqueros juegan con el dinero de otros, ellos siempre salen ganando, a expensas del resto de nosotros.

PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y CONSUMO RESPONSABLE

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La feria más importante de España espera en su 25a edición en Madrid la participación de más de 700 expositores y unos 80.000 visitantes.

Más de 15.000 referencias de productos de alimentación ecológica forman el mayor sector de la feria. Estos estands, empresas y productos alimentarios se sitúan en una única planta. Los demás sectores se reúnen en el resto de las plantas del Pabellón de Cristal.

Todo ello forma un amplio abanico de productos y servicios que le dan a la feria otra proyección y que atraen a ciudadanos interesados por infinidad de temas e inquietudes: Productos certificados de higiene y cosmética; ecomateriales, muebles y decoración para la vivienda; enerías renovables; terapias y medicinas complementarias; ahorro y reciclaje; ecología; medio ambiente; jugetes; artesanías; música; libros y revistas y en esta ocasión se realzará el sector del eco-turismo.

La independencia
La Asociación Vida Sana, declarada de Utilidad Pública, es la organizadora de BioCultura. En 1974 trajo e impulsó en España el movimiento de la cultura biológica. Son ya 35 años denunciando, y anunciando con antelación, escándalos que se han ido sucediendo y, al mismo tiempo, construyendo formas de producción viables y rentables para agricultores, ganaderos e industriales; y sanas para la salud y el medio ambiente. Verdaderas alternativas a las formas de producción contaminantes.

En este mundo globalizado, basado en la más pura ley capitalista, la supervivencia no es fácil. La autofinanciación es la base de la independencia que caracteriza a Vida Sana y, por tanto, también, a BioCultura. El rigor, la persistencia y la transparencia han convertido a BioCultura en referente a nivel internacional.

EL DINERO Y LA FILOSOFÍA

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FUTURO VENTUROSO PARA LA BIOMASA

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blogecologista

Durante el 5° Congreso Forestal Español, se dio a conocer de la mano de Álvaro Picardo, miembro de la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF) y Miguel Trossero experto de la FAO, que si se comienza a utilizar este recurso de un modo más efusivo, este podría llegar a aportar nada menos que el 75% de la demanda eléctrica española, demanda que cabe destacar, está siendo cubierta por el parque nuclear.

Esta bioenergía basada en la industria forestal y residuos agrícolas, y puede llegar a reemplazar a la energía nuclear en un futuro no muy lejano si se le prestará más atención.

Actualmente la explotación de madera para generar este recurso es de 20 millones de metros cúbicos al año, cuando podría fácilmente ser de unos 50 millones con explotación sostenible.

No hay que olvidar tampoco que para generar un millón de toneladas de biomasa da trabajo a más de 4000 puestos de trabajo nuevos, lo que sin duda repercutiría de lleno, y para bien, en la economía española.

Si bien España es uno de los países que más se centran en la implementación y desarrollo de este tipo de energías, nunca es demasiado y siempre se puede apostar un poco más para obtener un mundo más limpio y una economía más sólida.

LA RECUPERACIÓN DE BERNANKE (EE UU): el desempleo crece, los salarios bajan, pero los bancos se han salvado

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Dean Baker

El informe sobre la ocupación del viernes (2 de octubre) mostró que la mayoría del país sufre graves problemas económicos, incluso si la economía está ahora recuperándose. La tasa de paro aumentó al 9’8 por ciento, con la tasa de paro masculina alcanzando un nuevo máximo postdepresión. La economía perdió otros 260.000 empleos en septiembre y las cifras previas de empleo perdido en la recesión fueron revisadas al alza en más de 800.000. La semana laboral media continúa acortándose. Con el descenso del salario real, eso asegura que muchos trabajadores se llevarán a casa unas pagas aún más encogidas.

Para la gran mayoría de gente en el país que recibe del trabajo la mayor parte de sus ingresos, la economía es una catástrofe. Pero la economía no va mal para todos.
Como se nos recuerda constantemente, la crisis financiera está detrás de nosotros y los bancos están recuperándose. De hecho, están más que recuperándose. En muchos sentidos, están mejor que nunca. Los datos más recientes del Departamento de Comercio muestran que los beneficios de la industria financiera ahora representan más del 31’5 por ciento de todos los beneficios empresariales. Esto supone la mayor proporción que nunca se haya conseguido a lo largo de los años de la burbuja inmobiliaria.

Por supuesto que no es difícil hacer beneficios cuando se dispone de dinero prestado por la Reserva Federal casi sin interés y se presta después al Gobierno al 3’5 por ciento. Supongamos que el Estado de California tuviera el privilegio de disponer de 1 billón de dólares de la Reserva Federal casi sin interés y usara el dinero para comprar al Tesoro bonos al 3’5 por ciento de interés. Los 35 mil millones anuales de interés se encargarían de subsanar el enorme déficit presupuestario de California con mucha rapidez.

Pero, ¡eh!, California es un Estado grande. No un banco de Wall Street. El Congreso no va a tolerar un trato especial a los gobiernos estatales.

El equipo rescatabancos continúa vendiendo una historia en demasía engañosa, casi sin que nadie la ponga en duda. Nos dicen que no teníamos otra opción. Si no se hubiera dado a los bancos billones de dólares en su hora de necesidad desesperada, dicen, la situación hubiera sido incluso peor.

No hay duda de que un completo derrumbamiento del sistema financiero hubiera dificultado la recuperación. Sin embargo, dar billones a los bancos, sin condiciones, no era la única opción.

El pasado otoño tuvimos que hacer frente a una situación en la que casi todos los grandes bancos estaban cerca de la bancarrota: no podían pagar sus deudas sin la ayuda del Gobierno. En lugar de hacer préstamos por debajo de las condiciones del mercado con escasas si algunas condiciones, podríamos haber acordado préstamos condicionales de forma que los bancos cambiaran su modo de hacer negocios. Esto supondría la prohibición del negocio de los complejos instrumentos derivados, la limitación del apalancamiento y el recorte substancial de las retribuciones a los ejecutivos. (¿Qué tal unos 2 millones de dólares de máximo, que incluyera las bonificaciones, las opciones sobre acciones y todos los demás extras?).

Lo podríamos haber hecho así porque el Gobierno disponía de todas las cartas. Si no hubieran recibido dinero de nosotros los bancos estarían fuera de juego. Podríamos haberles dicho que corrieran desnudos por Wall Street, que se pasearan por encima de las brasas o que se pusieran estúpidos sombreros; la alternativa era cerrar sus bancos y buscar nuevos empleos.

En lugar de eso, les dimos el dinero sin condiciones. Ahora los bancos son más grandes y peores que nunca, y pagan grandes bonificaciones, igual que antes. Tal como están las cosas, serán aún una mayor sangría para la economía en los próximos años de lo que ya representaron en los años que condujeron al crash.

Y si alguien piensa que los bancos han aprendido alguna cosa acerca de las prácticas comerciales sanas, es que no ha prestado suficiente atención. Lo que los bancos han aprendido es que si un banco naufraga, e incidentalmente se lleva a la economía por delante, entonces debe enviar a sus lobistas al Congreso y a la Casa Blanca con las bolsas vacías y pedirles que las llenen con dinero. La lección es que lo harán.

Se puede confiar en los políticos y los medios de comunicación en el proceso para proteger a los bancos en sus horas bajas. Mientras que la pérdida por parte de decenas de millones de personas de sus empleos o de sus hogares es solamente un desafortunado aspecto de la moderna economía, el derrumbe de Citigroup, Goldman Sachs o el Banco de América es una tragedia que nuestras elites no pueden concebir.

Así que estén preparados para sufrir muchos más años de altas tasas de desempleo, subempleo y salarios reales menguantes. Más de dos millones de personas están cerca de perder sus hogares en 2010 y 2011, pero la buena noticia es que la economía se está recuperando y los bancos están muy bien.

Dean Baker es co-director del Center for Economic and Policy Research (CEPR). Es autor de Plunder and Blunder: The Rise and Fall of the Bubble Economy.

BANCOS ZOMBIS

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Juan Francisco Martín Seco, en La Estrella digital

Los gobiernos del mundo nos están engañando. Nos han dicho que era preciso salvar a los bancos -lo que podía ser cierto-, pero han terminado por salvar a los banqueros (los accionistas) y a los administradores, lo que no sólo era innecesario sino también ilícito.

La aseveración de que era preciso emplear miles de millones de euros o de dólares de los contribuyentes en sanear las entidades financieras debería haber obligado a los mandatarios a adoptar tres decisiones. La primera, pedir disculpas y mostrar arrepentimiento por haber abdicado de sus funciones y haber desatendido un sector tan estratégico, dejándolo sin control en manos privadas, sobre todo, teniendo en cuenta que el desaguisado íbamos a pagarlo después todos los ciudadanos.
La segunda, exigir responsabilidades a los gestores que habían conducido a la ruina a las entidades financieras y, desde luego, forzar, antes de sacar un euro de las arcas públicas, que los administradores abandonasen sus puestos y los accionistas perdiesen su dinero. La tercera, intervenir quirúrgicamente de modo inmediato, sin prolongar la agonía. Si tan necesario resulta para la economía sanear el sistema financiero, no se puede permitir la permanencia de bancos zombis que, con tal de no mostrar sus vergüenzas, están ahogando financieramente a las empresas y a las familias restringiéndoles el crédito.

Pues bien, las autoridades españolas no han tomado ninguna de esas tres decisiones. Con respecto a la primera, lejos de pedir perdón, nos han hecho creer que el sistema financiero español gozaba de muy buena salud, que su único problema era de solvencia y que la actuación del Tesoro iba a consistir tan sólo en préstamos y avales, sin que ello acabase costando un euro al contribuyente. La Caja de Castilla-La Mancha dejó al descubierto el infundio al demostrar la necesidad de la ayuda pública. El Gobierno creó el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con una aportación inicial de 9.000 millones de euros, ampliables hasta los 99.000 en los años próximos. Cantidad tan fabulosa y periodo tan dilatado de tiempo indicaban bien a las claras que el mal era mucho más profundo de lo que se había afirmado.

En cuanto a la segunda decisión, desde el principio era muy claro que no estábamos dispuestos, como sí lo estaban algunos de nuestros vecinos, a seguir el camino de la nacionalización con el cese y la liquidación de administradores y propietarios. Hasta ahora, las operaciones de rescate que han salido a la luz hacen referencia a las cajas de ahorro. Estas entidades poseen una naturaleza jurídica muy especial. No son privadas, pero tampoco públicas. Tienen lo peor de las dos. Carecen del control de las verdaderas entidades públicas, pero están sometidas a los intereses provincianos de los políticos de la periferia. Que sepamos, porque todo se lleva con bastante secretismo, tres son las operaciones ya realizadas o a punto de finalizar, y que van a necesitar recursos del FROB, es decir, de los contribuyentes: la intervención por el Banco de España de la Caja de Castilla-La Mancha y dos fusiones, la de Caixa Terrasa con Caixa Sabadell, Caixa Girona y Caixa Manlleu, y la de Caixa Catalunya con Caixa Tarragona y Caixa Manresa.

Las fusiones son la forma de ocultar la verdadera realidad de la operación, que una o más cajas de las fusionadas están pasando por graves dificultades económicas y necesitan la ayuda del Estado: 750 millones de euros la intervención de la Caja de Castilla-La Mancha, 500 millones la primera de las fusiones y más de 1.500 millones la segunda. Compárense estas cantidades con la destinada a incrementar la cobertura del seguro de desempleo, 640 millones de euros, y se verá la falacia de esa llamada a la solidaridad para subir los impuestos. Esos recursos no van tanto a gastos sociales como a sanear las entidades financieras.

Siguiendo la lógica de lo anteriormente señalado, por lo menos se debería haber prescindido de los ejecutivos y del consejo de administración. Resulta bastante incomprensible que Narcis Serra continúe al frente de la nueva entidad. Si el dinero lo pone el Estado, la nueva caja debería pasar a poder del Estado, y si va a quedar en manos de la Diputación de Barcelona, de Tarragona y de algunas otras corporaciones catalanas, de manera que puedan seguir dando subvenciones mutuas a las fundaciones de CiU y del PSC, pues entonces que sean las diputaciones las que pongan el dinero.

En cuanto a la tercera decisión, es evidente que las autoridades españolas están retrasando el saneamiento de las entidades financieras y permitiendo que oculten con diversas triquiñuelas su verdadera situación. Las agencias de calificación no me dan ninguna confianza, pero lo que Moody's acaba de señalar públicamente era un secreto a voces. Con este comportamiento se está intentando salvar a los administradores y a los accionistas, pero al restringir consecuentemente el crédito se hace un daño enorme a la economía y se prolonga aún más la crisis económica. Más valdría que el gobernador del Banco de España no se preocupase tanto de los problemas del mercado laboral y sí de controlar a las entidades financieras y no permitir la supervivencia de bancos zombis.

¿EXISTE EL PIB DE LA FELICIDAD?

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El crecimiento económico no siempre va ligado a la sensación de bienestar - El Gobierno francés modificará las estadísticas para reflejar con más rigor el grado de satisfacción de los ciudadanos





David Fernández, en El País

Nada parece imposible para Nicolas Sarkozy. La penúltima cruzada del presidente francés es lograr que los indicadores económicos reflejen algo tan difícil de medir como el bienestar de los ciudadanos. Sarkozy pretende derribar "la religión del número" que todo lo basa en el Producto Interior Bruto (PIB) y no tiene en cuenta las desigualdades sociales o el medio ambiente. Los expertos le reconocen parte de razón, y creen que su propuesta es buena porque abre un debate. Sin embargo, defienden las ventajas del PIB como sistema homologado, califican de utópica la intención de cuantificar la felicidad y advierten de que detrás de esta propuesta podrían esconderse motivos ideológicos y comerciales.

En febrero de 2008, el presidente francés encargó la creación de una comisión para identificar los límites del PIB. La comisión, dirigida por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, hizo públicos la pasada semana sus resultados en un informe de casi 300 páginas. Este comité ha confirmado las sospechas de Sarkozy: el
PIB se utiliza de forma errónea, en particular cuando aparece como medida de bienestar. "Desde hace mucho tiempo hay un problema con la manera en que utilizamos los indicadores económicos", ha dicho el mandatario francés. "Durante años las estadísticas han mostrado un crecimiento económico cada vez más fuerte, pero este crecimiento, al poner en peligro el futuro del planeta, destruye más de lo que crea".

El informe advierte de que las estadísticas no sirven para capturar fenómenos con un impacto cada vez mayor en el bienestar de los ciudadanos. Por ejemplo, los atascos de tráfico pueden incrementar el PIB como resultado de un mayor consumo de gasolina, pero no contribuyen a mejorar ni la calida de vida ni la del aire.

"Estoy de acuerdo con la filosofía general del estudio. Del PIB se ha hecho una especie de tótem que se utiliza para cualquier cosa", dice Ángel Laborda, jefe del gabinete y estadística de la Fundación de las Cajas de Ahorros. "Parece que el único objetivo de los Gobiernos es tener más PIB. Es un indicador que se asocia al desarrollo, pero hay que tener mucho cuidado con esa deducción", añade. En su opinión, una medida más fiable es el PIB por habitante. "Luxembrugo, por ejemplo, no está entre los países más ricos por PIB, pero duplica a España en PIB por habitante", añade.

En términos académicos, el PIB se define como el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos por un país. "Se trata de un sistema de medición que sirve para hacer comparaciones entre países", argumenta Carmen Alcaide. La ex presidenta del Instituto Nacional de Estadística (INE) advierte de que medir el bienestar es mucho más complejo. "No hay que criticar por criticar al sistema estadístico. Hace años ya se intentó, con el concepto de contabilidad social, algo similar a lo que propone Sarkozy, pero no fraguó porque fue imposible ponerse de acuerdo sobre los indicadores. De implantarse las tesis del Gobierno francés, habría un pulso político muy difícil de solucionar porque cada país querría dar mayor peso a unas variables para salir mejor en la foto", indica.

La petición del presidente francés no supone una revolución. Desde hace años, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publica el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) en función de una serie de variables (esperanza de vida, tasa de alfabetización, PIB per cápita...). "El concepto de desarrollo es más amplio, pero este índice es una alternativa sólida al uso del PIB per cápita como medida del bienestar humano", señala el PNUD.

El último informe de desarrollo humano data de 2008 (el de 2009 se publicará en octubre), y en él se comprueba que aunque los países más ricos encabezan el ranking, las naciones con mayor PIB no necesariamente lideran la clasificación. Por ejemplo, EE UU, el país más rico del mundo, aparece en el puesto número 12 (justo por delante de España). La lista la encabezan Islandia, Noruega, Australia, Canadá e Irlanda. Francia figura en el décimo puesto. Economías con gran potencial, como China e India, ocupan los puestos 81 y 128.

"El informe que ha presentado Francia tiene parte de razón porque los bienes y servicios producidos en un país no miden su bienestar. Sin embargo, el PIB es el mejor de los peores indicadores económicos que tenemos", apunta Pablo Vázquez, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). "Todas las cosas que importan de verdad no se suelen comprar con dinero. En este sentido, la contabilidad nacional es un sistema limitado. Lo que ocurre es que en economía hay pruebas suficientes para decir que un incremento de la economía está correlacionado con la educación, la sanidad o la esperanza de vida", añade.

El economista Stiglitz, además de consejero áulico de Sarkozy, es también asesor internacional del PSOE. Por eso el debate que plantea la comisión encabezada por Stiglitz tiene también un trasfondo ideológico, a juicio del director de Fedea. "Hasta ahora todo se había dejado en manos del mercado, que era el que concedía un valor a las cosas. La recesión ha puesto en entredicho este planteamiento. Por lo tanto, si se cuestiona al mercado como sistema de medición, se está cuestionando también el PIB".

Quizás esta lectura del estudio explique la velada crítica que hace el semanario The Economist, para muchos la Biblia del pensamiento liberal: "Ampliar las estadísticas económicas es una gran idea. Algunos países, como el diminuto Bután, ya lo están haciendo. Pero también hay riesgos [...] La simple posibilidad de ver a políticos pagados de sí mismos diciendo a la gente cómo son de felices es puramente orwelliana. Otro peligro de la proliferación de indicadores es que supondría todo un regalo para determinados grupos de interés, al dejarles elegir números que amplifiquen su miseria y así poder reivindicar una mayor porción de la tarta de la economía nacional".

El informe del consejo de expertos contratados por el Gobierno francés advierte de la urgencia de reformar los sistemas estadísticos, ya que de lo contrario seguirá aumentando el recelo de la ciudadanía. "En Francia y en el Reino Unido sólo un tercio de las personas confía en las cifras oficiales, y estos países no son una excepción". Durante la presentación del estudio, Sarkozy fue más lejos: "Los ciudadanos creen que se les miente, que las cifras son falsas y, peor aún, que están manipuladas. No hay nada más destructor para la democracia".

Esta acusación no es compartida por los expertos. "Yo he sido presidenta del INE y puedo asegurar que las estadísticas no se manipulan", argumenta Carmen Alcaide. "Lo que hay que hacer es una intensa labor de pedagogía para hacer ver a la gente qué son los indicadores económicos, para qué sirven y cómo se elaboran. Las estadísticas no son una verdad absoluta, sino una aproximación a la realidad", agrega.

Pablo Vázquez comparte esa opinión, y señala que siempre hay una distorsión entre lo que la gente piensa y lo que reflejan las estadísticas. "El problema es que resulta muy difícil encontrar al ciudadano medio. De todas formas, hay que reconocer que los indicadores económicos son mucho más fiables que antes. Hace unas décadas, por ejemplo, casi la única forma de medir el PIB era el consumo eléctrico. Hoy en día se cuenta con herramientas de gran calidad para medirlo", indica.

Aparte del hueco que se abre entre la percepción ciudadana de la realidad y el mundo que dibujan las estadísticas, el estudio abanderado por Sarkozy pide también reformar los sistemas de medición económica porque la crisis ha puesto en entredicho estos parámetros. "Algunos miembros de la comisión creen que una de las razones por las cuales la crisis ha pillado por sorpresa a tanta gente es que el sistema de medición falló". Para estos expertos, si Gobiernos y organizaciones internacionales se hubieran dado cuenta de las limitaciones de los sistemas de medición, que tienen al PIB como ratio estrella, se habría enfriado la euforia acerca de la evolución económica de los años previos a la crisis y se podrían haber aplicado políticas para evitar la recesión, o al menos amortiguarla.

"Las señales de alarma sonaron con antelación. En España mucha gente empezó a hablar de burbuja inmobiliaria antes de 2007. El problema es que la psicología humana, durante la expansión de la economía, lleva a marginar a aquellos que advierten de posibles desfases, tachándoles de aguafiestas", disiente Ángel Laborda. "La gente en general, y los gobernantes en particular, se niegan a pensar, al menos en público, que pueden ir a peor", añade.

La lucha por restar poder al PIB como sinónimo de prosperidad económica, y por tanto de felicidad, no es nueva.

Sarkozy quizás tenga entre sus referentes políticos a Robert Kennedy, o quizás no. Pero seguro que suscribiría las palabras que el senador estadounidense pronunció en 1968: "El PIB no tiene en cuenta la salud de nuestros niños, la calidad de su educación o el gozo que experimentan cuando juegan. No incluye la belleza de nuestra poesía ni la fuerza de nuestros matrimonios, la inteligencia del debate público o la integridad de nuestros funcionarios. No mide nuestro coraje, ni nuestra sabiduría, ni la devoción a nuestro país. Lo mide todo, en suma, salvo lo que hace que la vida merezca la pena. Puede decirnos todo sobre los Estados Unidos, salvo por qué estamos orgullosos de ser estadounidenses".

Cuatro décadas después de este discurso, el PIB sigue siendo la medida de muchas cosas. Entre otras, es el baremo elegido para seleccionar los países que se han reunido esta semana en Pittsburgh para decidir el futuro económico del planeta. Dos de las sillas en el G-20 han sido para Francia y España. ¿Les hubieran pertenecido si las estadísticas económicas reflejasen la felicidad de sus habitantes?

LAS VACAS Y EL I+D

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Carlos López, en Euribor


Recientemente, la sección de ciencia del New York Times publicó un artículo acerca del exceso de vacas, es decir, exceso de vacas que producen leche que comenzaba así:

Hace tres años, la tecnología permitió a los granjeros la oportunidad de romper una regla básica de la naturaleza: Las vacas no iban a tener el mismo número de machos y hembras, en vez de eso y gracias a un método de alta tecnología aplicado a los sementales, se “producirían” más vacas para ser criadas como rentables productoras de leche.

Por tanto, la productividad de estas granjas aumenta ya que pueden hacer más con menos. Si vamos aún más lejos, los criadores podrían utilizar esta técnica para aumentar el número de nacimientos de vacas productoras de leche descendientes de sus mejores productoras de leche, lo cual produce dos efectos. En primer lugar, nacen más vacas y en segundo lugar, las que nacen serán mejores productoras de leche. Como veis, todo un chollazo gracias a la tecnología.

¿Cuáles son las consecuencias de esta mejora técnica?


El New York Times habla de la superabundancia de vacas y de leche, así como del descenso de los precios de esta última. Tal y como dicta la ley de la oferta y la demanda hay una estrecha conexión entre oferta y precio, en este caso el cambio tecnológico reduce el coste de la oferta de bienes en el nivel de producción y eso hace que los precios finales se reduzcan. El mejor ejemplo lo hemos visto en productos puramente tecnológicos como los ordenadores o televisiones planas.

Pero este efecto aparentemente beneficioso para los granjeros les lleva a una encruzijada. La leche producida por todas las vacas es menos valiosa. El avance en la productividad reduce el valor de las manadas de los granjeros.

Si miramos un poco más allá. ¿Qué ocurrirá a largo plazo?. El precio de las vacas productoras de leche podría caer debido a este avance tecnológico, alineándose con la bajada del precio de la leche. Sus “activos” bajarían encontrándose con que ahora producen más pero siguen ganando lo mismo. Peor parado estaría el que no adoptase esa tecnología nueva ya que vería como produciendo lo mismo que antes, ahora gana bastante menos y en muchos casos tendría que cerrar el negocio. Este es el riesgo de no invertir en I+D, tanto a nivel de empresa como de país ya que si bien en un comienzo es una estrategia para ganar competitividad, si no se adopta pronto otros lo harán y para el que se quede atrás se verá obligado a adoptar estos avances aunque sea por mera supervivencia.

Esa es la naturaleza de la innovación tecnológica. El desarrollo de lo nuevo desplaza algo que había sido perfectamente viable hasta entonces. No es bueno para los productores pasar por un cambio así, pero es fantástico para los consumidores, porque los precios de la leche abaratan todos los productos que se hacen con ella, bebidas, helados o queso.

El principal problema viene cuando la reducción de costes generada por los cambios productivos no se ven reflejados en el consumidor final y este podría ser uno de los casos, veamos los datos que nos contaba el mencionado artículo.

El precio medio que los ganaderos recibían por su leche en Julio era de 11.3$ por 100 libras (unos 45Kg) cuando un año antes era de 19.3$ sin embargo el precio final al consumidor sólo bajó un 24% en ese año, a 2.91$ el galón (3.7l) de leche

De ahí el peligro de que en algún lado de la cadena de distribución se produzcan monopolios ya que serían ellos los que se llevarían los beneficios de una nueva tecnología. ¿Corremos el peligro de que esto ocurra? ¿Nos estamos beneficiando los consumidores de estos avances tecnológicos?. Por otro lado me pregunto ¿Como país estamos haciendo las tareas para ser más competitivos?.

CURSO: COMERCIO JUSTO Y CONSUMO RESPONSABLE

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IDEAS, en consorcio con SETEM, organiza el curso “El Comercio Justo y el Consumo Responsable como Herramienta en la Educación para el Desarrollo” en el marco del proyecto de construcción de una red estatal para la capacitación en el fomento del Comercio Justo y el Consumo Responsable, financiado por la AECID, a realizarse en Córdoba del 6-8 de noviembre de 2009.
La realización de este curso se basa en la necesidad detectada entre los/as profesionales de la comunidad educativa de conocer cómo impartir una charla o taller sobre Comercio Justo y Consumo Responsable, enlazándolos con temáticas imprescindibles, como son la influencia de los medios de comunicación, las relaciones de género, el comercio internacional, la deuda externa y las finanzas éticas.

Objetivos del curso

· Proporcionar herramientas sobre Comercio Justo y Consumo Responsable para que los/as participantes puedan actuar como educadores/as en la transformación de la realidad.
· Señalar las claves que permiten comprender las causas de la pobreza y las desiguales relaciones comerciales, de producción y de consumo, así como sus consecuencias, en el mundo globalizado en que habitamos.
· Facilitar la comprensión de las relaciones que existen entre nuestras propias vidas y las de personas de otras partes del mundo.
· Formar a un grupo de personas para que multipliquen y apliquen los conocimientos adquiridos.
· Creación una red estatal de educadores/as sobre Comercio Justo y del Consumo Responsable.
El curso consiste en una sesión de contenidos teóricos sobre las materias indicadas y dos de talleres prácticos que den espacio al intercambio de experiencias en la utilización de herramientas didácticas por parte de los diferentes colectivos y personas participantes.
Participan como ponentes personal de Hegoa, el Instituto Kairós de Brasil, SETEM, el Centro de Iniciativas para la Cooperación Batá, el Centro Alternativo de Aprendizaje Cala, la plataforma reivindicativa Quien debe a Quien, Veterinarios sin Fronteras y Fiare, Banca Ética.

ECONOMÍA Y ECONOMISTAS

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La crisis actual ha generado un debate acerca de la formación y utilidad de los economistas, porque no han sido capaces de preverla. En particular, los macroeconomistas han sido caricaturizados como una generación perdida, formada con modelos matemáticos sin valor, incluso dañinos, que les impide formular una política económica con sentido práctico.

Los economistas del sector privado realizan previsiones sobre las ventas o cuentas de resultados de las empresas. Éstas se cumplen razonablemente, si no suceden hechos extraordinarios. Los economistas del sector público, realizan el mismo tipo de ejercicio acerca de la evolución del presupuesto. Los economistas académicos llevan a cabo el mismo tipo de previsiones acerca de toda una economía. Lo que nunca vamos a tener, es un modelo que sea capaz de prever una súbita caída del valor de los activos financieros y que, como consecuencia de ello, arrastre a todo el sector financiero y al sector real de la economía a una situación de profunda depresión.
Esto no es nuevo. Una de las implicaciones de la hipótesis del mercado eficiente es que si un modelo es capaz de prever una crisis dentro de, digamos, un mes, será conocido por el público, que actuará en consecuencia, y la crisis se producirá. En la actual crisis, el mercado no contaba con información completa acerca de las distorsiones que afectaban a todo el sistema, por lo que no pudo ser prevista.

Pero, incluso si contáramos con tal modelo, esto no evitaría la aparición de una crisis. En el mejor de los casos la suavizaría. Si en plena burbuja inmobiliaria, una teoría hubiese previsto una crisis financiera, hubiese ocurrido: la bolsa se hubiese desplomado e iniciado una espiral de reducción del endeudamiento -como la actual- provocando la contracción del consumo y la inversión, y de toda la actividad económica.

La economía es un sistema extraordinariamente complejo. Diariamente, se adoptan millones de decisiones de inversión, ahorro y consumo por parte de agentes privados y públicos que resulta literalmente imposible conocer en su totalidad. El mundo físico es determinista, excepto al nivel del núcleo atómico. Si conocemos las condiciones iniciales, es posible determinar la trayectoria completa de lo que estudiamos. El mundo económico -nuestras sociedades- no tienen determinadas sus evoluciones: nuestras propias creencias, opiniones y expectativas condicionan su evolución.

Moverse en ese entorno y prever su futuro no es tarea fácil. La profesión no cree que sólo con sofisticadas herramientas matemáticas -cointegración, análisis espectral- que utilizan la estadística y la econometría, sea posible entender completamente la realidad. Se incorpora la historia económica y también otros elementos institucionales que la sociología, el derecho o la ciencia política aportan. Esta visión más amplia se transmite en los periódicos y en las revistas dirigidas a un público informado, aunque no especialista. El problema, con esa visión más amplia, es que en la mayoría de los casos descansa sobre mecanismos y afirmaciones no probadas -o incluso imposibles de probar-. Con frecuencia, son meras especulaciones acerca de lo que puede o podría ocurrir, sin ofrecer un detalle de la secuencia de hechos que llevarían a ese escenario y convencer a los oyentes o lectores. Es imposible ser tomado en serio, desde un punto científico, si los argumentos que se ofrecen son elásticos, moldeables, porque reflejan sólo opiniones sin poder de demostración alguno.

El poder de la economía y la medida de su evolución y avance reside mucho más en los razonamientos subyacentes cuando se defiende una propuesta, que en la capacidad predictiva o en la habilidad para incluir todo lo que sucede en el mundo real.

La ausencia de esos elementos no descalifica a un campo de conocimiento o la convierte -como algunos han afirmado- en una ciencia "blanda". Los astrónomos y físicos se enfrentan a un gran problema para formular un modelo satisfactorio del Universo. Llaman "materia oscura" a la mayor parte del Universo que no es observable, para que sean compatibles las observaciones reales con sus modelos. Y esto a pesar de que la gravitación es la única ley que opera.

La incapacidad de muchos economistas para prever la crisis ha generado un debate sobre su utilidad, pero llenar su formación de conjeturas sin posibilidad de refutación y eliminar la teoría sería una catástrofe

Una economía sin matemática, estadística y econometría (pero también sin historia económica) sería un campo vulgar de conocimiento, que no hubiese apenas avanzado nada desde finales del siglo XIX y en donde no existirían hipótesis contrastables, sino meras opiniones incapaces de demostrar nada. Llenar la formación de los economistas de conjeturas sin posibilidad de refutaciones, hacer desaparecer la teoría y las técnicas cuantitativas, sería una catástrofe.

La economía y los economistas han cometido y seguirán cometiendo errores, porque no existe ni una bola de cristal ni un farsante como Nostradamus capaz de adivinar el futuro exacto de sistemas tan complejos como nuestras modernas sociedades. Aun así, los avances irreversibles conseguidos en el último siglo, han permitido mejorar el funcionamiento de las economías y el bienestar de los ciudadanos. Aunque muchos lo desconozcan.

LOS ACUERDOS PARA APROBAR LOS PRESUPUESTOS

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Gurusblog

No queremos polemizar, pero la política española es todo un despropósito desde cualquier punto de vista.

No entraremos a valorar los acuerdos, sino nos centraremos en sólo explicar el entrelazado de acuerdos y desacuerdos entre los diferentes partidos, actuando todos ellos según sus intereses sin tener en cuenta para nada sus principios, tal como demuestran los extraños apoyos que se otorgan diferentes partidos. Un breve resumen:


- El PSOE buscaba el apoyo de los partidos de izquierdas para superar los Presupuestos 2010,
pero finalmente pacta con partidos de centro-derecha como son el PNV y Coalición Canaria.
- Coalición Canaria gobierna en Canarias con el PP, y pacta en Madrid con el PSOE.
- El PSOE pacta con el PP en Euskadi contra el PNV,
pero el PNV da el apoyo a los presupuestos del PSOE a cambio de una buena cantidad de millones en Álava.
- ERC e ICV rechazan los presupuestos del Gobierno,
pero gobiernan en coalición con el PSC-PSOE en Cataluña.

¿No es esto un auténtico despropósito?.

Todos pactan para sostenerse en el poder, o por intereses particulares propios, y lo de menos son los ciudadanos. Y aún se sienten asombrados “por la desafección” de los ciudadanos. Que se lo hagan mirar.

LA SITUACIÓN ECONÓMICA DE ESPAÑA, ¿PEOR QUE LA DE LOS ESPAÑOLES?

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Imanol Zubero, sociólogo

El Publiscopio sobre coyuntura económica que ayer presentaba el diario PÚBLICO nos sirve para reflexionar sobre una interesante cuestión que afecta en muchas ocasiones a los estudios demoscópicos sobre opinión pública y que podemos formular así: ¿estos estudios miden estados de opinión o más bien estados de ánimo? Atendamos a lo que dice el estudio:

A pesar de que la situación económica personal de la mayoría de los ciudadanos sigue estable (incluso aumentan los que dicen haber mejorado en el último año, a la vez que disminuyen los que dicen haber empeorado), su percepción de la situación general del país va de mal en peor, lo que ayudaría a explicar la fuerte caída del consumo y el incremento generalizado de las tasas de ahorro de las familias.


En sólo tres meses, desde julio, el porcentaje de españoles que define la situación económica como "muy mala" ha subido nada menos que nueve puntos porcentuales, hasta situarse en el 34,6%. O lo que es lo mismo, una de cada tres de las 4.002 personas encuestadas ve la botella muy vacía. Es cierto que, a la vez, el número de los que escogieron la respuesta de que la situación económica de España es actualmente "bastante mala" se redujo un 3,8%, pero aun así, la suma de los que la definen como "bastante mala" y "muy mala" ha crecido un 5% y alcanza ya el 73% de los encuestados, siendo un 10% más de los que opinaban así hace un año.

A la vez que aumentan quienes aseguran que su situación económica personal mejora, también crece el número de los que definen la situación económica del país como "muy mala". ¿Cómo puede ser peor la situación económica para España que para los españoles?

En diciembre de 2006 ya abordamos esta misma paradoja, referida en aquella ocasión a la cuestión de la inmigración, en untrabajo elaborado para el Observatorio Vasco de Inmigración IKUSPEGI. En aquella ocasión, lo que nos llamaba la atención era la distancia existente entre la percepción de la inmigración como un "problema personal" o como un "problema para España", con diferencias en algún momento de hasta 41 puntos porcentuales entre ambos términos.

Es, por resumirlo de alguna manera, como si nos encontráramos ante un problema que es grave para España, pero que no lo es o no lo es tanto para cada una y cada uno de los ciudadanos del Estado.

Es interesante plantearse en qué medida las opiniones sobre la inmigración están actuando al modo de visiones de la realidad que funcionan de manera autónoma con respecto a los datos que ésta nos suministra. Como explica magistralmente Thomas Sowell, las visiones de la realidad se caracterizan, precisamente, porque se mantienen incluso en contra de los datos y a pesar de que los datos las nieguen. Según este autor las visiones son premisas, conjuntos articulados de creencias acerca del mundo, las personas, la sociedad. Son supuestos implícitos de los que necesariamente se derivan conclusiones distintas y enfrentadas sobre una amplia gama de problemas. Las visiones son, sobre todo, una forma de causación: son la base a partir de la cual se buscan los "por qué" de las cosas.

¿Cabe descubrir este mismo mecanismo causal en la base de las opiniones sobre la inmigración expresadas en los barómetros del CIS?

Nos planteamos en qué medida las opiniones son previas o son puntos de partida apriorísticos desde donde se buscan los datos que las confirman y, por el contrario, en raras ocasiones se recorre el camino en sentido inverso: opinar tras detenerse a obtener datos de realidad.

Puede que la inmigración extranjera sea un problema objetivo para una parte exigua de la población española, básicamente para la que puede ver a los inmigrantes como competidores reales en términos socioestructurales y laborales, pero en cambio es mencionada por un porcentaje muy numeroso de los españoles, porque no debemos olvidar que la opinión es la mayoría de las veces autónoma, cuando no independiente, del conocimiento y hasta de la experiencia personal.

En este sentido, los resultados de la primera pregunta son seguramente consecuencia de una lógica que funciona como sigue: "Si la gente dice que la inmigración es un problema, digo yo que lo será. Para mí no, pero si la gente lo dice, por algo será". Además esto es pensado por muchos y simultáneamente. Esta lógica, aplicable a cualquier otro aspecto de la realidad que se aborde o mencione, genera una bola de nieve que desfigura sus perfiles reales.

Lo preocupante es que si, como señala Noelle-Neumann, la opinión pública puede ser entendida como "expresión de algo considerado aceptable", acaso podamos estar asistiendo a la conformación de un estado de opinión sobre la inmigración extranjera, que define ésta como problema grave, y que cada vez se percibe más como aceptable por la ciudadanía. Una opinión, en definitiva, legitimada, que acaba dándose por supuesta. Una verdad social, relativamente independiente de las opiniones o hasta de las experiencias personales.

LA DECADENCIA DEL MATERIALISMO

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Un ensayo lúcido sobre las consecuencias constructivas de la crisis



Borja Vilaseca, en El País
En palabras del poeta y economista norteamericano Wendell Berry, "por todas partes en el mundo desarrollado las comunidades humanas y sus soportes naturales y culturales están siendo destruidos, no por desastres naturales o intervención divina o por una invasión de fuerzas enemigas, sino por una forma de vandalismo legalizado que se denomina la economía".

Ésta es una de las provocadoras citas que recoge Buena crisis, del doctor en Filosofía, Jordi Pigem (Barcelona, 1964), profesor invitado de la Universidad de Barcelona y cuyas tesis han sido expuestas y elogiadas en universidades de reconocido prestigio como Columbia, Oxford y Venecia.

A diferencia de la gran mayoría de expertos, Pigem no se limita a analizar la realidad económica solamente mediante números, datos y cifras. De hecho, cuestiona la fe ciega que se tiene en el sistema monetario, que de forma interesada correlaciona el crecimiento económico con el incremento del bienestar de la sociedad. Para desenmascarar esta enorme falacia, responsable de la conducta inconsciente y codiciosa de las instituciones y organizaciones establecidas, Pigem hace uso de una lucidez y una asertividad difícilmente rebatibles.

Este filósofo visionario escribe con letra bien clara acerca de lo que muchos piensan y muy pocos se atreven a decir: que el actual modelo de crecimiento económico es una "grave enfermedad" que padece la humanidad y que, en contraposición al pensamiento mayoritario, "la crisis es el proceso de cambio y evolución necesario para lograr la curación".

Así, "nuestra crisis global es una oportunidad de sanar un sistema obsoleto, cuyas patologías hasta ahora habían quedado enmascaradas por la bonanza económica y los espejismos del consumo". Lo cierto es que "más del 98% de las transacciones monetarias que se efectúan en el mundo no corresponden a la economía real, sino a dinero ávido de beneficios a corto plazo que circula por mundos abstractos, desligados de bienes reales y de criterios éticos, sociales o ecológicos".

Y mientras el fraude y la corrupción se consolidan como los pilares del sistema financiero, "el mundo se ha convertido en un gran taller, que produce para que podamos consumir a fin de que podamos seguir produciendo", lo que ha propiciado un nivel de consumo innecesario e insostenible. De hecho, "si toda la humanidad viviera como los españoles, se necesitarían los recursos de dos Tierras y media para proporcionar los bienes consumidos", calcula Pigem.

Pero entonces, ¿cómo hemos llegado a crear una economía que va en contra del bienestar de los seres humanos y que además crece año tras año por medio de la destrucción del planeta? Si bien la respuesta no es fácil, Pigem apunta que "si hubiera que resumir el espíritu de nuestra época con un solo concepto, materialismo sería un excelente candidato".

Dado que la mayoría cree que "lo único que realmente existe es la materia tangible, inerte y cuantificable, lo normal es llevar una existencia carente de sentido, cuyo principal indicador es la dolorosa experiencia de sentir un profundo vacío interior". Y, con la finalidad de buscar un alivio temporal para llenarlo, "la sociedad recurre a la acumulación de dinero y posesiones, que terminan por convertirse en drogas que requieren cada vez dosis mayores"

Según este filósofo, "la filosofía del materialismo ha entrado en crisis, pues es del todo ineficiente". Y aquí es donde comienza un nuevo y apasionante viaje hacia lo desconocido, tanto en el ámbito individual como en el colectivo. "El primer paso comienza cuestionando seriamente si es cierto que la única realidad es la materia o se trata, más bien, de otro espejismo".

Pigem aboga por abrir la mente y el corazón para "aprender a vivir en plenitud", lo que implica, irremediablemente, "reconocer el valor de lo intangible, como la creatividad, la solidaridad, la sabiduría y la alegría de convivir y cooperar". De ahí que "la sociedad del futuro será posmaterialista o no será". El puente entre ambas parece ser la adopción de "la filosofía del decrecimiento, que prescinde del crecimiento como quien prescinde de una religión que dejó de tener sentido".

LA MANO INVISIBLE SE HACE VISIBLE

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J. Enrique González, en Diagonal
El mercado de divisas es considerado por muchos el mercado “más perfecto del mundo”. En efecto es el mercado financiero más grande y fluido del mundo, llegando a manejar volúmenes diarios de dos trillones de dólares USA, convirtiéndolo en el mercado más líquido. En comparación, se estima que el volumen promedio operado por la Bolsa de Valores más grande del mundo, la Bolsa de Nueva York (NYSE) en un mes completo, es igual al volumen que, diariamente, se negocia en el mercado de divisas (Forex).
En este sentido es cierto que se ajusta a lo que la teoría económica nos dice que debería ser un mercado perfecto, con múltiples oferentes y demandantes, información casi perfecta y máxima fluidez; pero aquí cabría plantearse qué deberíamos considerar un mercado perfecto. Un buen mercado, un mercado que funcione a la perfección, debería ser aquel que consigue ofrecer un nivel de vida óptimo a aquellos que en él participen, movilizando una cantidad de recursos lo menor posible para minimizar su impacto en el entorno.

Si nos atenemos a esta última concepción, el mercado de divisas dista mucho, muchísimo de la perfección. Más bien debería ser catalogado ya no de imperfecto, sino más bien de “anti-perfecto”, puesto que beneficia en gran medida a quiénes implican una gran cantidad de recursos para producir nada, solamente especular; mientras que perjudica irremediablemente a quiénes ponen las divisas a merced del sistema productivo real.

Expliquemos esto. Por un lado tenemos la economía de un país pobre que funciona con una divisa cualquiera, y pongamos que ese país tiene una gran deuda externa formalizada en dólares (lo que es la tónica habitual en estos casos). Por otro lado tenemos a los especuladores de los países ricos que quieren dar salida a la gran cantidad de dinero que de otra manera estaría parado sin multiplicarse como si fueran panes y peces (pecado mortal en el actual capitalismo), y que deciden invertir arbitrariamente en divisas haciendo que sus valores fluctúen sin responder al desempeño real de la economía de sus respectivos países. Así, el país pobre se puede ver en la situación de que su moneda pase a tener un menor valor de mercado por el deseo arbitrario de especuladores internacionales, teniendo que hacer un mayor esfuerzo en términos de su moneda nacional para llegar a pagar la cuota de su deuda, detrayendo así recursos que podrían haber sido empleados en el desarrollo del país. Ahora, además de un país pobre sería un país empobrecido, para enriquecer a los que ya tienen demasiado.

Si éste es el mercado perfecto, el que la teoría nos dice que es el que mejor funciona, queda claro que es la teoría la que no funciona. Más que un mercado perfecto es un mercado perfeccionado para beneficiar a aquellos que lo han modelado. Deja descubierta la más oscura cara del mercado, y la mano invisible se hace claramente visible.

PREMIOS DESARROLLO SOSTENIBLE 2009: 22 octubre en Zaragoza

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 Como siempre, será un placer para nosotros compartir este momento especial, con amigos como vosotros. Máxime este año, en el que, con el telón de fondo de esta crisis que ha de hacernos repensar tantas cosas sobre nuestro modelo de desarrollo, hemos querido señalar que otra economía y otro modelo financiero es posible. Vosotros y vosotras lo sabéis bien, porque venís practicándolo con convencimiento desde hace tiempo, así que nos encantaría poder compartir con vosotros este momento.

Más información:
http://services.ecodes.org/envios/invitacion_premio2009.png

NOBEL DE ECONOMÍA PROPONE NACIONALIZACIÓN TEMPORAL DE LA BANCA DE EE.UU.

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Ria Novosti
20 de octubre 2009. - El premio Nobel de Economía 2008, profesor de la Universidad de Prinston de EEUU, Paul Krugman, pidió a la Casa Blanca nacionalizar provisionalmente bancos importantes.

"Junto a otros analistas considero que, por lo menos, ciertos bancos necesitan importantes inversiones de capital a cuenta de los recursos tributarios, y la única posibilidad para realizarlo es nacionalizar provisionalmente algunos bancos", escribe Krugman.

Con el artículo titulado "Bancos en vilo", publicado en el diario New York Times, Krugman expresa su postura al debate relacionado con las elevadas bonificaciones que pagan ciertos bancos que empezaron a demostrar contabilidad positiva.

Según experto, la banca estadounidense necesita una reforma porque los bancos de inversiones importantes todavía sin salir de la recesión, ya comenzaron a obtener beneficios en el mercado, mientras que las entidades de crédito y los sectores productivos de economía aún no presentan síntomas de recuperación.

Los bancos comerciales no cumplen su función de conceder créditos, ante todo, a la pequeña empresa, lo que dificulta la recuperación de sectores productivos de economía.

"Los bancos importantes siguen debilitados lo que afecta a toda la economía", subrayó Krugman.
La postura de la Casa Blanca, de aspirar a que el sistema bancario "se regularice a sí mismo", es equívoca y no contribuye al mejoramiento de la situación en Wall Street.

Según la revista Forbes, Krugman es considerado uno de los diez expertos más influyentes en el sector financiero y empresarial estadounidense.

FORO ASIÁTICO DE ECONOMÍA SOLIDARIA 2009

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Bienvenido al Foro Asiático de Economía Solidaria 2009!

La Economía Solidaria es un marco alternativo para el desarrollo económico que se basa en los principios de solidaridad, la equidad en todas las dimensiones, la democracia participativa, la sostenibilidad y el pluralismo.

El marco de la economía solidaria busca la transformación en lugar de soluciones de ayuda, pero rechaza un único modelo para todos.

No es una teoría abstracta ni una utopía. Más bien, se reúne y se basa en los diversos elementos de la economía basada en la solidaridad que ya existen. Algunas son nuevas innovaciones, y otras son viejas, y ya tenemos una variedad de experiencias en Asia.

La creación del Foro está en curso.

!! Esperamos poder verle allí!

Fecha: 7 al 9 de noviembre, 2009
Lugar: Tokio, Japón
Organizador: Comité Preparatorio de AFSE Japón 2009
Cooperó y apoyado por la RSE de las PYME de Asia

LA TRANSICIÓN NECESARIA: DE LA CRISIS A LA SOSTENIBILIDAD

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Ismael Clark

No entender los límites y sin embargo vivir dentro de ellos es el motivo principal por el cual los actuales patrones de desarrollo no son sostenibles. La rotunda aseveración está contenida en un minucioso informe difundido hace ya exactamente tres años por la conocida organización internacional Unión Mundial por la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).

El informe, difundido bajo el sugerente título “El futuro de la sostenibilidad” denotaba la situación prevaleciente con notable nitidez. Así por ejemplo apuntaba que el conservadurismo político y el egoísmo de los consumidores y ciudadanos ricos, los efectos insensibilizantes de la “abundancia” y del egoísmo intolerante de los adinerados son los principales limitantes de los nuevos cambios estructurales.


Cambios que se requieren con urgencia, me atrevo a completar, para avanzar de una vez por todas por el camino de la sostenibilidad, habida cuenta de que crecen por día las evidencias de que la supuesta abundancia consumista no es en modo alguno sinónimo de bienestar o felicidad y sí a menudo el origen de nuevos males.

La sostenibilidad, como concepto, se perfiló hace casi 40 años y constituyó un tema clave de la Conferencia de ONU sobre el Medio Humano que se llevó a cabo en Estocolmo en 1972. En lo fundamental, sugería que era posible lograr el crecimiento económico y la industrialización sin dañar el medio ambiente. Más tarde el Informe Brundtland (1987) definió la sostenibilidad como ‘el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la aptitud de generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades’. Aunque imprecisa, esta definición puso de relieve dos cuestiones fundamentales: el problema de la degradación ambiental que tan frecuentemente acompaña el crecimiento económico pero, al mismo tiempo, la necesidad de ese crecimiento para aliviar la pobreza. Al momento presente, la principal corriente de pensamiento sobre la sostenibilidad consiste en una idea de tres dimensiones: sostenibilidad ambiental, social y económica, que se extiende y se resume, a mi juicio, en el terreno de lo político.

Lo cierto es que el mundo se ve afectado por otras graves crisis, que se suman a la ambiental: energética, alimentaria, social y financiera, siendo esta última la más perceptible y difundida por los medios de comunicación y también probablemente la más temida por muchos, dado sus efectos a corto y mediano plazo en todos los países, tanto los industrializados como aquellos en desarrollo y la inseguridad que siembra sobre el futuro económico de cientos y miles de millones de personas. Menos perceptibles son aún, para las grandes mayorías, las facetas referidas a las fuentes de energía, la producción de alimentos y la situación de deterioro creciente de factores ambientales, como las fuentes y reservorios de aguas y los elementos biológicos obtenibles de los ecosistemas que están hoy en riesgo.

Sin embargo, cada día se acrecienta la evidencia de que la actividad humana global se torna aceleradamente menos sostenible. No es difícil encontrar las causas, aunque pueda serlo algo más el lograr su erradicación. Para el Dr. W. M. Adams, autor del informe difundido por la IUCN, es una realidad palpable que el modelo dominante de desarrollo basado en la satisfacción ilimitada de los deseos de los consumidores conduce inexorablemente al sobreconsumo. En particular, la población de las economías industrializadas no muestra ninguna conciencia de que los sistemas de producción tengan fallas o restricciones ecológicas. No es de extrañar, en la medida que este modelo es el que han difundido y difunden alegremente en atractivos mensajes los medios de comunicación y la publicidad global como si el mismo no representase ningún problema y fuese por el contrario uniformemente bueno y deseable.

Al decir del Dr. Edward Barbier, otro reputado especialista con más de veinte años de experiencia en cuestiones de economía ambiental y desarrollo, el carácter de las crisis actuales exige un tipo de iniciativa comparable a la del New Deal de los años 30 del pasado siglo pero, a diferencia de aquélla, ésta requiere ser desplegada a una escala global y contar con una visión mucho más abarcadora. Así lo expone en un estudio preparado por encargo del órgano de Naciones Unidas para las cuestiones ambientales (PNUMA), el cual ha tomado como fundamento el citado estudio para lanzar de manera previa a la Cumbre del G 20, hace apenas unas semanas, el que se ha bautizado como “Nuevo Acuerdo Verde Global” (Global Green New Deal), que habremos de comentar más adelante.

El apuntado estudio de Barbier subraya que, a menos que las nuevas iniciativas políticas encaminadas a solventar la crisis financiera aborden otros grandes desafíos globales, la posibilidad de prevenir futuras crisis será de muy corto alcance. De faltar la necesaria visión global, señala el informe, la reanimación de la economía significará muy poco para encarar las inminentes amenazas que vienen dadas por el cambio climático, la inseguridad energética, la creciente escasez de agua potable, el deterioro de los ecosistemas y sobre todo, el empeoramiento de la pobreza a nivel mundial. Para el autor, reducir la dependencia del carbono y la escasez ecológica se hace absolutamente necesario no meramente por preocupaciones ambientales, sino porque hacerlo es la forma correcta, y de hecho la única, para revitalizar la economía sobre una base más sostenible.

El prpuesto Nuevo Acuerdo Verde Global pone el acento en la utilización renovada de mecanismos de mercado, sin dudas con buenas intenciones de carácter ambiental. A partir de ese enfoque, se argumentan los múltiples beneficios económicos, medio ambientales y sociales que reportaría, según sus proponentes, dedicar un porcentaje significativo de los 3 millones de millones de USD concebidos en los paquetes de estímulo financiero, a la inversión en cinco áreas claves para la sostenibilidad ambiental, a saber: 1) Elevar el rendimiento energético de edificios viejos y nuevos 2) Energías renovables incluyendo eólica, solar, geotérmica y biomasa. 3) Transporte sostenible incluyendo vehículos híbridos; carriles de alta velocidad y sistemas de autobuses de tránsito rápido. 4) La infraestructura ecológica del planeta incluyendo reservorios de agua dulce, bosques, suelos y arrecifes de coral. 5) Agricultura sostenible incluyendo producción orgánica. El propuesto Green Deal aboga también por una gama de medidas específicas dirigidas a asistir a países de los más pobres a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y “enverdecer” sus economías.

Se pasa con ello por alto el hecho innegable, apuntado por Eduardo Gudynas, de que si para algo ha servido la actual debacle económica global es precisamente para cuestionar muy a fondo las ideas que venían prevaleciendo sobre el mercado y su papel. La ampliación abusiva de las operaciones mercantiles, la creación de nuevos instrumentos financieros, y la ausencia intencionada de regulaciones para amparar la especulación han llegado a un límite insoportable. Se tiende a pasar por alto que este colapso de las ideas convencionales tiene también una connotación en el plano ambiental. En efecto, la ortodoxia capitalista liberal que dio paso a la creación de los instrumentos derivados y los mercados a futuro, es la misma que promovió la ampliación del concepto de mercancía hasta incluir en él a la Naturaleza bajo la forma de los llamados "bienes y servicios ambientales". Surgió el abusivo concepto de "capital natural" y se gestaron toda una gama de métodos para calcular el precio de las plantas, los animales, y hasta de los ciclos ecológicos. La Naturaleza y sus componente se hicieron susceptibles de recibir precio y en consecuencia, de tener dueños.

Con la misma aparente impunidad que aumentaba la burbuja financiera en los mercados especulativos, los apuntados argumentos invadieron y se expandieron en el campo ambiental. En 2002, en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible se terminó legitimando la idea de los bienes y servicios ambientales a realizarse en el mercado. No pocos países apoyaron esa perspectiva y diversos trabajos se dedicaron a la valoración económica de los recursos naturales, se crearon los mercados para comercializar permisos de contaminación, y se experimentaron instrumentos económicos “verdes”. Fue precisamente en ese contexto, como nos recuerda Gudynas, que explotó la crisis financiera en octubre de 2008.

No es posible ignorar a estas alturas el papel relevante del mercado para el funcionamiento del mundo, pero como se afirma por Adams en el informe citado más arriba, la sostenibilidad hay que entenderla ante todo como una idea esencialmente cultural : es necesario sembrar una cultura de sostenibilidad.

Como parte de las experiencias que deben recogerse de la crisis actual, habrá que superar de una vez por todas la visión reduccionista, mercantil, del manejo de los recursos ambientales y reconocer que la temática ambiental depende sobre todo de una construcción política, y en particular que esta debe ser de un carácter público, estatal. Expresado de modo más directo, el mercado debe quedar bajo una regulación social, expresada en una política estatal.

Pienso que tienen razón quienes afirman que la búsqueda de la sostenibilidad hay que concebirla como una trayectoria social, como una elección consciente y que esa elección debe ser ofrecida dentro de un sistema estructurado de alternativas. El desafío es racionalizar y reconciliar los logros contrarios del progreso humano y proporcionar alternativas que permitan a las personas separar los fines (felicidad, libertad, satisfacción, una diversidad de opciones) de los medios (trabajo, ingresos, riquezas, posesiones, consumo, poder).

Es particularmente cierto que el desarrollo tecnológico comporta por igual oportunidades y riesgos, y sus implicaciones son a menudo imprevisibles. En todo caso, los avances en materia de restauración ecológica son alentadores en cuanto a la posibilidad de mejorar y restablecer los servicios de la biodiversidad y los ecosistemas, pero la capacidad humana para la estructuración ecosistémica entraña límites bien definidos. No es en modo alguno admisible como opción la de “desarrollarse ahora y restaurar los ecosistemas después” y resulta tanto más arrogante la posición asumida por los países desarrollados que afirman no estar dispuestos a negociar sus estilos de vida. Durante décadas, la interpretación que prevaleció en la sociedad fue que los cambios en los ecosistemas eran generalmente reversibles; que una vez que se hubiese eliminado el factor de perturbación, los mismos volverían a su estado anterior. Esta metáfora reconfortante sugirió que no había motivos para temer que el mal empleo humano del medio ambiente global condujera a un colapso irreparable. En la actualidad, en cambio, la ciencia muestra que las dinámicas no lineales son elementos inherentes al funcionamiento de los ecosistemas. Los lagos contaminados no necesariamente regresan a su estado anterior cuando cesa la contaminación; no se puede esperar que el clima experimente una variación media aproximada a las condiciones de los últimos 30 años; es muy probable que la extinción de ciertas especies cambie la amplitud y frecuencia del cambio ecosistémico en formas tales que restrinjan las oportunidades humanas; los nuevos compuestos y la manipulación genética de taxones ampliamente distribuidos, bien pudieran generar cambios en la forma y función de los ecosistemas.

Los recursos del planeta no son infinitos. El futuro del Mundo depende del patrón de consumo que prevalezca. Se requiere rediseñar y reconstruir la economía global para que las personas puedan obtener más a la vez que consumen menos. Como afirma el informe IUCN, un componente promisorio en ese camino es fomentar una economía de servicios en lugar de objetos, que genere valor para la sociedad sin generar necesariamente desperdicios o sin implicar un gasto físico o energético innecesario. A su vez, la resiliencia de la biosfera es crítica para la sostenibilidad de la civilización y por ello la ciencia de la resiliencia (o capacidad de regeneración de la Naturaleza) será fundamental para entender el desarrollo futuro de los acontecimientos. Esas serán vertientes definidas, aunque no las únicas, de la nueva ciencia de la sostenibilidad.

 

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